
Que acelere igual que coches más potentes (al menos en esa medición) se debe, al menos, a que es más ligero. El 911 pesa 1.515 kg (en condiciones de homologación, que son 75 kg más al peso según norma DIN). El Lamborghini Murciélago pesa 1.650 en las mismas condiciones, mientras que el Mercedes-Benz y el Ferrari pesan 1.768 y 1.765 kg respectivamente.
Además, en el GT2, el silencioso trasero y las salidas de escape están fabricados de titanio (en lugar de acero inoxidable). Los discos que tiene de serie el GT2 son cerámicos (PCCB). El efecto de este tipo de frenos, es doble: además de ahorrar peso no suspendido respecto a los discos de freno de fundición (unos 20 kg), pueden mejorar la resistencia al calentamiento en un uso muy exigente.

El bloque motor que tiene el Porsche 911 GT2 es el que tiene el 911 Turbo. La ganancia de potencia se debe a modificaciones en los dos turbocompresores de geometría variable (la rueda del compresor es mayor para que dé una mayor presión y el flujo de aire dentro de la carcasa de la turbina ha sido mejorado), y en el colector de admisión, que tiene diferentes características.
Con respecto a un 911 Turbo, el GT2 tiene cambios en algunos elementos de la carrocería, como los paragolpes y el alerón (de mayores dimensiones).
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