sábado, 21 de julio de 2007

Opel GT

Opel GT - Para encontrar otros descapotables que tengan una capacidad similar de aceleración hay que gastarse, como poco, 10.000 € más (por ejemplo, un Honda S2000 2.0 VTEC de 241 CV cuesta 41.600 €). El Opel GT acelera tanto como cabe esperar de un coche no muy pesado con un motor turboalimentado de 264 CV.

Como la posición de conducción es baja, la carrocería se balancea poco y la suspensión es dura (en ocasiones incómoda); la conducción del Opel GT se asemeja a la de otros descapotables deportivos de dos plazas, como un Mazda MX-5 o un BMW Z4 Roadster.

El Opel GT carece de un mínimo de funcionalidad como coche de diario. El accionamiento del techo requiere más pasos de lo habitual en otras capotas de accionamiento manual y prácticamente se queda sin maletero cuando se baja el techo. Dentro del habitáculo hay pocos huecos accesibles para dejar objetos. No hay problemas de espacio para dos adultos de talla superior a la media.

Las únicas opciones de fábrica son la pintura metalizada y un paquete de equipamiento que consta de tapicería de cuero (que puede ser negra o negra y roja) y un equipo de sonido con seis altavoces («Monsoon») con lector de MP3. Como opción de fábrica hay algún elemento decorativo para la carrocería, un deflector aerodinámico para cuando se va descapotado y dos bolsos para el maletero.

El Opel GT no está derivado de un coche con techo fijo, sino que está pensado desde un principio para ser descapotable. Mecánicamente está basado en el Pontiac Solstice, un modelo que se vende en mercados americanos desde 2005; es también semejante al Saturn Sky.

Aunque acelera mucho, los desarrollos de transmisión impiden que se más veloz en ciertas circunstancias porque hay un salto muy grande entre segunda y tercera: si se cambia de segunda a tercera al régimen máximo (6.200 rpm), el motor se queda a sólo 3.740 rpm.

El consumo puede ser muy bajo (en relación a la potencia) a condición de que sea a velocidad más o menos sostenida. Para hacer una media de 110 km/h la mitad por autovía y la otra mitad por carreteras rápidas y con muy poco tráfico, ha gastado 8,2 l/100 km. Para hacer una media de 112 km/h en un recorrido similar al anterior, pero con más tráfico, que obligaba a adelantar con frecuencia utilizando toda la capacidad de aceleración, el consumo fue 10,0 l/100 km.

El Opel GT entra bien en las curvas y, hasta cierto punto, se puede ir deprisa. La adherencia no es extraordinaria como debería ser con unos neumáticos tan anchos (Good Year Eagle F1 245/45 R 18), pero el resultado es bueno.

Al margen de la capacidad de aceleración en recta, hay coches que pueden ser más satisfactorios conduciendo en curvas, porque son más precisos y tienen mejor tacto: por ejemplo, un Mazda MX5. El Opel GT tiene una dirección que no deja sentir con mucha precisión el contacto con la carretera.

La mayor limitación que hay para un uso rápido por zonas de curvas son los frenos (al menos los que tenía nuestra unidad de pruebas), porque les cuesta detener el coche cuando puntualmente se exige una fuerte deceleración y, además, resisten poco un uso continuado. El problema no es tanto que las distancias de frenado sean largas, sino también que al pisar el freno da la sensación de que le cuesta detenerse.

El control de tracción del Opel GT tiene un funcionamiento extremadamente precavido. Con él conectado, a poco que se pise algo el acelerador en medio de un apoyo lento, el coche se queda sin aceleración, cuando aún las ruedas no han perdido adherencia: en estas condiciones es muy difícil sacarle partido al motor.

Con el techo recogido, hay ciertas turbulencias en el habitáculo a poco más de 100 km/h; Opel ofrecerá la posibilidad de adquirir como extra un quita vientos, cuyo funcionamiento no hemos podido comprobar, pero por la experiencia que tenemos en otros descapotables puede ser un elemento muy interesante.

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