jueves, 12 de julio de 2007

Lexus IS 2007

Lexus IS 2007 - Hay dos versiones: el IS250, con motor de gasolina de 208 CV y cambio automático; y el IS220d, con motor Diesel de 177 CV y cambio manual. En general, nos parece más recomendable el de gasolina con cambio automático (por el motor y por el cambio), salvo para quien necesite la economía de consumo o la autonomía del Diesel.

El IS no es un coche barato ya que el desembolso que hay que hacer por su adquisición es más elevado que la media, como ocurre con un Audi A4 o un BMW Serie 3.

El 220d está a la venta con cuatro niveles de equipamiento llamados «Premium», «Luxury», «Sport» y «President» con precios que van desde 33.700 € hasta 45.675 €. Los hay más potentes, menos costosos y con una calidad inferior, como el el Alfa Romeo 159 2.4 JTD de 200 CV o el Opel Vectra 3.0 V6 CDTi 184 CV. (tabla comparativa de precio). Por relación entre precio y equipamiento, es preferible a un Audi A4 o a un Mercedes-Benz Clase C.

El motor Diesel nos ha parecido menos suave y más ruidoso que en el Toyota Avensis (más información de ese modelo) o en el Toyota Auris Sport 180; se aprecia, sobre todo, por ciudad. Además, cuando se conduce no da la sensación de ser tan potente como realmente es, al menos en comparación con otros modelos similares.

La versión «Luxury» tiene, además del equipamiento de la «Premium», asientos con tapicería de cuero, calefacción, ventilación y ajuste eléctrico (sin memoria). La versión «Sport» tiene ruedas de 18" y la tapicería es de un «tejido deportivo» (que nos pareció algo caluroso), faros de xenón y conexión automática de luces y limpiaparabrisas.

El programador de velocidad activo y el servofreno de emergencia con detección de obstáculos (más información) están disponibles únicamente en el IS 250. El control de estabilidad con capacidad para actuar sobre la dirección (VDIM, más información) sólo lo tiene el IS 220d; el Is 250 tiene uno convencional (VSC). El control de estabilidad del Lexus IS permite un cierto sobreviraje antes de intervenir. En todo caso, por sus reacciones es un coche seguro y fácil de conducir.

Las versiones de gasolina tienen un control de estabilidad normal. En el Diesel, el «VDIM» entra en funcionamiento constantemente si se circula a un ritmo rápido por carreteras muy lentas, incluso de forma prematura (para mi gusto). Además, cuando lo hace, frena mucho al coche. En el gasolina esto no es tan evidente. El control de estabilidad sólo se puede desconectar por debajo de 50 km/h.

De hecho, a ralentí, la palanca del cambio vibraba de forma notable y también se percibían estas vibraciones, en menor medida, en el pedal del acelerador y el volante. También se oía más en el interior, a ralentí o al acelerar a baja velocidad.

Por carretera desaparen estos inconvenientes. El sonido procedente del motor apenas se oye, excepto al acelerar a fondo y a poca velocidad. De hecho, es fácil rodar a velocidades muy elevadas sin que el sonido lo delate.

La transmisión de la versión «Sport» que probamos hacía un ronroneo desagradable a poco más de 2.000 rpm, cuyo volumen era proporcional a la carga del motor; no sabemos si esto sucede en otras unidades del modelo. El motor de gasolina da 208 CV. Como sucede con el Diesel, las prestaciones que da son, según nuestras mediciones, peores de las que se puede esperar en un coche de su potencia. Sí que es muy agradable por su suavidad, a ralentí casi pasa desapercibido, y por el poco ruido que hace. A velocidades elevadas, lo que más se oye en el IS 250 con equipamiento Sport es el ruido de rodadura.

El cambio automático que va acoplado con este motor tiene dos modos de funcionamiento. Uno normal, en el que utiliza siempre la marcha más larga posible; otro «sport», en el que se selecciona la marcha más larga (no es un cambio de selección, sino de bloqueo) mediante toques sobre la palanca de cambios o bien desde las levas que hay tras el volante. En este modo, el cambio no pasa automáticamente a una marcha superior a l a seleccionada cuando se llega al límite del régimen de giro.

El control de velocidad puede llevar (con el motor de gasolina) un radar que regula la distancia con el vehículo que le precede. Se pueden seleccionar tres distancias (que varían en función de la velocidad que lleve el coche) mediante un pulsador que hay en el volante y que aparecen representadas de forma gráfica en una pantalla del cuadro de instrumentos. Si la velocidad desciende de 40 km/h el sistema se desconecta.

Las luces halógenas no son malas, pero dejan una zona oscura en la zona más próxima al coche. Las de xenón proporcionan una iluminación claramente mejor y nos parecen muy recomendables (salvo para quien nunca viaje de noche).

Si se supera la velocidad programada en el limitador de velocidad, se enciende una circunferencia de color naranja en el interior del velocímetro. De igual modo sucede con el cuentavueltas cuando llega al régimen que se le haya programado; si se supera ese punto y se acerca el límite de giro, la circunferencia cambia a color rojo.

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