miércoles, 18 de julio de 2007

Audi Q7

Audi Q7 - Quien busque un vehículo para siete personas, un todo terreno de gran tamaño para circular por campo o un coche con carrocería familiar para viajar por carretera, encontrará mejores opciones que el Audi Q7. Pero quien necesite un coche amplio, con mucho maletero o siete plazas, que se defienda bien por caminos y, además, vaya por carretera como un turismo (e incluso mejor que alguno), tendrá difícil encontrar algún vehículo más adecuado que éste.

El Audi Q7 está a la venta desde 53.871€, que es el precio base de la versión 3.0 TDi. Puede aumentar notablemente dada la extensa lista de opciones (en el caso de la unidad que hemos probado, alrededor de 25.000 € más).

Mide 5.086 mm de longitud; es claramente mayor que el Porsche Cayenne, que el Volkswagen Touareg o que el Mercedes-Benz ML (todos ellos por debajo de 4,8 m de longitud). Su longitud es parecida a la de los todo terrenos más grandes, como el Nissan Patrol 5p, el Cadillac Escalade o el Chrevrolet Tahoe. Tiene una distancia entre ejes de 3.002 mm, que es mayor que la que tienen casi todos los todo terrenos a la venta en España, salvo el Hummer H2 (3.118 mm).

También hay todo terrenos con siete plazas como el Hyundai Santa Fe, Jeep Commader, Land Rover Discovery, Nissan Pathfinder, Toyota Land Cruiser HDJ100 o Volvo XC90). Ninguno de ellos va tan bien por carretera como el Q7, aunque casi todos son mejores para el campo.

El Q7 4.2 FSI es un con inyección directa de gasolina y 350 CV de potencia, acelera de 0 a 100 km/h en 7,4 s y alcanza 248 km/h. El consumo es 13,8 l/100km de gasolina sin plomo de octano 98 (tabla comparativa de prestaciones y consumo).

El motor Diesel de ocho cilindros en V y 326 CV es el mismo que lleva el Audi A8 4.2 TDI (más información técnica). Con él, el Q7 acelera de 0 a 100 km/h en 6,4 s y alcanza una velocidad máxima de 236 km/h. El consumo medio es 11,1 l/100 km. Estos datos son casi idénticos a los que consigue un Mercedes-Benz ML 420 CDI de 306 CV; un Volkswagen Touareg 5.0 V10 TDI (313 CV) es algo más lento y gasta más (tabla comparativa).

La tracción es permanente a las cuatro ruedas. Un diferencial «torsen» es el encargado de hacer el reparto de fuerza, que es del 40 por ciento al eje delantero y 60 al trasero cuando todas las ruedas tienen la misma adherencia. No tiene diferenciales delanteros ni traseros bloqueables, el control de estabilidad hace esa función frenando las ruedas que no tienen tracción. Tampoco tiene reductora.

El interior está al nivel de calidad normal en Audi, que es alto, pero tiene algunos detalles que lo sitúan por debajo de un A6. El habitáculo es grande en términos absolutos pero no en relación a sus dimensiones externas.

Con las tres filas instaladas el maletero tiene una capacidad de 330 l. Si se retira la tercera fila, el volumen aumenta hasta 775 l. Abatiendo la segunda y tercera fila queda una superficie plana y se logra la capacidad máxima: 2.035 l. Opcionalmente el maletero puede llevar un accionamiento eléctrico para su apertura y cierre (como el Audi A6).

En el caso del Q7 no ha sido así. Tras pasar por la primera curva y ver lo poco que el coche se balancea y lo bien que sigue la trayectoria que marcamos con el volante, es muy fácil llevar un ritmo rápido sin temor alguno. De hecho, de los todo terreno que he conducido, ninguno me ha parecido que vaya tan bien en una carretera lenta: ni el Range Rover Sport Supercharged (prueba), ni el Volkswagen Touareg W12. Aún no he podido conducir el nuevo BMW X5 ni el Mercedes-Benz ML.

En ciudad, el principal inconveniente son sus dimensiones (mide 5.086 mm de largo y 1.983 mm de ancho). Los carriles de algunas calles le quedan pequeños, resulta difícil encontrar un hueco de su tamaño para aparcarlo en la calle y muchos garajes son de acceso o maniobrabilidad imposible. Por ello, a quien esté pensando en comprarlo y sepa que va a sufrir alguno de los inconvenientes anteriores le recomendaría que lo meditase antes de decidirse por él.

Si bien por asfalto resulta un todo terreno ejemplar, fuera de él las cosas cambian. Su tamaño, el elevado peso, un sistema de tracción poco eficaz (no tiene diferenciales bloqueables, es el control de estabilidad el encargado de frenar una rueda si patina) y una suspensión con poco recorrido impiden un funcionamiento eficaz en terrenos abruptos.

El control de estabilidad funciona muy bien: sólo actúa cuando es necesario y en su justa medida. No es desconectable, pero tiene un modo de funcionamiento fuera de carretera que retrasa un poco su actuación y es capaz de detectar si desliza durante un descenso a baja velocidad, frenando en ese caso de forma automática el coche.

El rendimiento es lo suficientemente bueno como para que no nos haga pensar continuamente en la necesidad de optar por un motor más potente. Los adelantamientos se realizan sin problemas y los puertos de montaña que se pueden encontrar en nuestras autovías los sube con facilidad a la velocidad máxima legal en sexta velocidad.

Vibra poco al ralentí o en marcha y tiene un funcionamiento suave. Curiosamente, el ruido procedente del motor es claramente más perceptible en el Q7 que en Touareg. Además, el sonido del motor al acelerar a fondo es algo peculiar; un compañero de la redacción dijo que desde fuera parece más un motor V8 de gasolina y alta cilindrada que uno Diesel, apreciación con la que coincido.

Este motor va asociado a un cambio automático «Tiptronic». Tiene seis velocidades que además se pueden seleccionar de forma manual, desplazando la palanca desde la posición «D» a un carril que hay a su derecha y dando toques longitudinales, hacia adelante para subir una marcha, hacia atrás para reducir.

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